
Tratar los perros como humanos les causa ansiedad | Dogalize
El 90% de los casos que llegan a la clínica de conducta de la organización Fogaus se deben a que los dueños tratan a sus perros como personas y las mascotas, al no saber cómo comportarse, sufren de ansiedad.
Ese trastorno se da, por ejemplo, por la separación, ya que se crea una dependencia emocional entre animal y ser humano.
Ocurre cuando el can se queda solo en la casa porque su dueño sale a trabajar o a estudiar. Algunos dueños se despiden de su mascota, lo cual ya es una señal de humanización.
Al sentirse abandonado por su manada, el animal llora, destroza cosas o se orina y defeca en diversos lugares, principalmente cerca de ventanas y puertas.
El ser humano puede interpretar esta conducta como venganza por dejarlo solo, pero el cerebro de los perros es incapaz de elaborar ese tipo de conceptos.
Simplemente está reaccionando a la soledad, la cual se ve reforzada cuando el dueño se despide de él o lo saluda al entrar a la casa luego del trabajo.
El comportamiento de los perros está determinado en un 80% por factores ambientales, y el otro 20% se debe a la genética.
Cerebro canino. Seres humanos y cánidos están juntos desde hace 27.000 años, pero no quiere decir que ambas especies tengan procesos evolutivos similares.
Si bien el cerebro humano y canino comparten la característica de poseer dos hemisferios y eso deriva en algunas similitudes, su funcionamiento es diferente.
Los canes piensan y recuerdan, pero no manejan conceptos abstractos como el bien o el mal.
Lo cierto es que los cánidos son altamente sociables. Evolucionaron para ello como mecanismo de supervivencia. Al consumir presas más grandes en tamaño, hicieron de la colaboración un método de caza y, por eso, la manada es lo máximo, al punto que darían su vida por ella.Esa característica es quizá lo primero que una persona debe entender: dueño y mascota constituyen una manada.
Por eso, los perros criados en la calle y abandonados son más susceptibles a desarrollar apego con su dueño, ya que este le provee alimento, refugio y cuidados, algo que no tenía antes y por ello, defenderá a su ‘manada’ con una mayor intensidad.
Para que una manada funcione, necesita estructura y jerarquía. Esta siempre estará liderada por unalfa y cuando se trata a un perro como humano, este va a creer que es él.
Las personas que lucran con las peleas de perros utilizan esta característica de los cáninos para cometer el delito porque – con tal de agradar a su dueño o alfa – un perro es capaz de matar o morir en combate.
En una manada, es relevante la comunicación y, por eso, entre cánidos, el lenguaje corporal es clave. Las orejas, por ejemplo, indican jerarquía. Cuando se orientan hacia delante es porque indican posición superior o atención; hacia atrás es sumisión. Si ya están totalmente abajo, es porque tienen miedo.
El pelo erizado es indicador de tensión y si el perro mira a los ojos es porque está retando. Un perro sumiso desviará la mirada para evitar la confrontación.
El rabo es otro elemento de comunicación. Relajado significa tranquilidad; hacia arriba y tenso es señal de dominancia y entre las patas traseras, es miedo o sumisión. Si lo mueve de un lado a otro, puede ser alegría o ansiedad.
Científicos de la Universidad de Trento (Italia) descubrieron que los perros mueven la cola a la derecha cuando sienten emociones positivas y a la izquierda, cuando sienten las negativas.
Es más, esos movimientos de cola pueden ser interpretados de la misma forma por otros perros.
El estudio observó que cuando un can ve a otro mover su cola a la izquierda, su ritmo cardíaco aumenta y empieza a verse ansioso. En cambio, cuando ve un movimiento a la derecha permanece relajado.
Para los investigadores, eso no necesariamente es un intento de comunicación entre perros, sino más bien una reacción cerebral a un estímulo.
Lo cierto es que dueños, veterinarios y otras personas pueden utilizar el movimiento de cola como un indicador de ansiedad.
Otro estudio de la Universidad de Sussex (Reino Unido) observó que, si bien los canes no entienden todas las palabras que los humanos dicen, sí reaccionan a la entonación, entienden algunas y más cuando las relacionan con el interlocutor. Estos sienten una mayor vinculación cuando estas vienen de su dueño, lo cual hace pensar que un buen uso de la entonación y palabras claves es suficiente para educar sin golpes.
De hecho, los perros son capaces de diferenciar entre una cara humana que está feliz y otra que está enojada.
Que opinan de esto?
Daniele Barbieri
Fuente: Nacion