La vida de Ñero, el policía de cuatro patas de Bogotá

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La vida de Ñero, el policía de cuatro patas de Bogotá | Dogalize

Siempre es el primero en presentarse a guardia. Llega con su uniforme impecable, el mismo que una vecina le diseñó a medida. Se pone delante de sus compañeros y escucha atento las órdenes del comandante. Se apresura para subirse a la moto en la que recorre las calles del sur de Bogotá.

Tiene cuatro patas, bigotes, una pequeña cola y una actitud incondicional. Es Ñero, el perro policía que desde hace ocho años patrulla el barrio Diana Turbay, en la localidad de Rafael Uribe Uribe.

Dicen quienes lo conocen que no es un perro policía normal. No fue amaestrado. No es de las razas que adiestran tradicionalmente las autoridades. Es un pequeño schnauzer negro de 8 años al que ya se le nota la edad en sus blancas barbas y las cicatrices de su oficio en su torso.

Su historia –insisten los uniformados– es increíble. Estuvo perdido tres meses y pudo regresar; logró sobrevivir a un accidente que incluso dejó un policía muerto y otro herido; ha sido sometido a cirugías para seguir caminando; fue atropellado por un carro fantasma y hasta recibió una puñalada.

Ñero tal vez no es consciente de sus proezas, pero los vecinos que lo ven siempre junto a la Policía sí lo reconocen como todo un héroe. (Lea también: La odisea del perro que recorrió Transmilenio en busca de su dueña)

“Es querido por toda la comunidad de los barrios Palermo y Diana Turbay, tanto, que las familias han venido con sus hijos para tomarse fotos con él cuando está uniformado”, afirma el subintendente José Daniel Yepes, quien se dice su mejor amigo.

Hoy es tratado como un miembro más del CAI. En parte, porque algunos uniformados aseguran que en él está el espíritu del patrullero John Edward Morales, quien falleció en la esquina de la calle 49 sur con carrera 3.ª, hace unos cuatro años, luego de que un bus embistiera la moto en la que se movilizaba con otro compañero, José Lucano Castellanos, y el propio perrito.

Muchos dicen que mantiene los ademanes de su difunto amigo. Otros aseguran que el alma del agente permanece en el pequeño cuerpo de cuatro patas. También cuentan que el porte y la elegancia que el schnauzer negro muestra al permanecer firme en la motocicleta son los mismos de Morales. Ñero no entiende de eso, solo sigue cumpliendo con su deber. “Alrededor del CAI hay otros perritos pero ninguno como él. Su valor es innato y su compromiso con el servicio es increíble”, asegura el policía Yepes.

Fuente: eltiempo.com

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