Khao Manee: diamante felino
El gato Khao Manee es proveniente de Tailandia. De sus criadores se sabe que estuvo a cargo el mismo rey de Tailandia, Rama V. El Khao Manee es considerado, junto a otras razas, como nativa de Tailandia. Se creía que atraía la buena suerte, por lo que eran muy apreciados en Asia. No fue sino hasta 1999 que esta raza fue lleva a Estados Unidos y desarrollada bajo estándares de cuidados felinos. Es una raza difundida en varias partes del mundo, aunque existen pocos ejemplares.
Khao Manee: características
El gato Khao Manee es una raza de gatos de mediana estatura. Poseen un peso proporcional a su tamaño. Su cuerpo es compacto y musculoso. Tienen una cabeza mediana y en forma de cuña, con pómulos prominentes. Tiene orejas largas y separadas, con las puntas redondeadas. Su nariz es recta y pequeña. El gato Khao Manee tiene patas largas, robustas y flexibles, las cuales le permiten realizar movimientos elásticos y ágiles. Esta raza se caracteriza por el fenómeno de la heterocromía: un ojo azul o gris y otro amarillo, marrón o verde. Su pelaje es corto, denso y suave y su color es totalmente blanco.
Khao Manee: carácter
El gato Khao Manee es un gato con un caracter muy cariñoso, sociable y muy parlanchín. Es común escucharlo maullando varias veces al día, bien sea por hambre, frío, hambre o por ociosidad. Esto lo convierte en un gato especial para personas que gustan de mascotas con comportamiento enérgicos y bulliciosos. Adora el hogar y compartir con sus dueños. Su gusto por la casa es notable, y pasará horas echando siestecitas en algún cómodo mueble o entre las sábanas. Se llevan bien con los niños, y con todos los miembros de la familia en general.
Cuidados
El gato Khao Manee es un gato sano. Sin embargo, algunos cuidados deben ser tomados en cuenta. Su pelaje debe ser cepillado semanalmente para evitar la acumulación de pelos muertos. La nutrición debe ser balanceada, con acceso al agua fresca en abundancia. Su arena sanitaria debe estar siempre limpia y ventilada. De igual manera, la supervisión médica veterinaria periódica se encargará de monitorizar su salud y revisar el estado de sus patas, orejas, piel y articulaciones. El cariño de unos dueños atentos y cariñosos no puede faltar en ningún momento.
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