
Ovejero magallanico: un pastor incansable
Los orígenes del perro ovejero magallanico se remontan al siglo XIX. En regiones más australes de Suramérica hubo pobladores que necesitaron ayuda con el manejo de ovejas, especialmente de perros dotados con las aptitudes del pastoreo. Con el paso del tiempo, muchos de los perros importados fueron cruzados bajo un criterio netamente utilitario: conformar una raza capaz de trabajar en labores de pastoreo bajo exigentes condiciones climáticas. Para ello necesitaban un perro resistente a las rigurosas condiciones de la Patagonia de Chile y de Argentina. Es allí cuando se logró conformar al ovejero magallanico. Según algunos especialistas, este perro recibe aportes genéticos del perro yagán (una raza que existió antes de la colonización).
Ovejero magallánico: características
El ovejero magallanico es una raza de perros de mediana estatura. Su altura a la cruz oscila entre los 40 y 50 centímetros de estatura. Su peso generalmente está entre 25 y 30 kilogramos. Se trata de un perro de cuerpo largo, cabeza redondeada. Sus ojos son pequeños, redondos y oscuros. Tiene un hocico largo con mordida en forma de tijera. Sus labios son negros. Posee un pecho profundo con una cola larga y cubierta de pelo. Sus patas son fuertes, macizas y largas, con musculatura atlética. Sus extremidades le permiten realizar carreras con rapidez y soltura. Tiene un pelaje abundante, largo, liso y sedoso. Sus colores van desde el marrón y amarillo en el pecho y patas, y negro o gris en el lomo.
Ovejero magallanico: carácter
El ovejero magallanico es un perro enérgico, activo, fiel y dotado con una inteligencia excepcional. Posee una capacidad de adaptación elevada que le permite rendir en labores de pastoreo con eficiencia. Es un perro resistente, trabajador a toda prueba, con un gran desempeño tanto en el frío intenso como en zonas templadas. Es un destacado perro ovejero, pero con entrenamiento puede adaptarse a otros tipos de rebaños. El ovejero magallanico es un perro leal y cariñoso con sus dueños, con un carácter equilibrado para labores de campo. Se lleva bien con todos los miembros de la familia, aunque hay que recordar y reconocer la predilección de esta raza por los ambientes rurales. Su inteligencia y buen sentido de la conducción le permiten aprender rápido, lo cual potencia cualquier tipo de entrenamiento canino que reciba.
Cuidados
El ovejero magallanico es un perro sano y enérgico. Se le conocen muy pocas enfermedades en esta raza. De todos modos, siempre es conveniente procurar que los cuidados provenientes de la supervisión médica veterinaria estén a la orden del día. Así se monitorizará su salud y se vigilará el estado de sus patas, orejas, ojos, dentadura y piel. Los cepillados semanales deben ser constantes para mantener su piel brillante y limpia, la cual tiende a enredarse por lo abundante. Los baños deben ser mensuales o cuando el perro esté sucio. La nutrición e hidratación deben ser balanceadas para que el perro tenga las vitaminas y minerales necesarios para el trabajo. Los paseos y ejercicios deben ser frecuentes y de moderada intensidad. Esto evitará que el perro tenga sobrepeso. Igualmente, un poco de entrenamiento canino de manos de un profesional en adiestramiento es recomendable para que el ovejero magallanico aprenda hábitos saludables.
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