
Harpagófito
El harpagófito es una hierba medicinal de origen africano. Es conocida por su alta efectividad para reducir el dolor y los procesos inflamatorios, especialmente si se tratan de casos de osteoartritis. Se trata de una planta medicinal antiinflamatoria muy bien tolerada por personas y mascotas. Esto la hace ideal en procesos crónicos, ya que puede emplearse por tiempo prolongado sin causar efectos secundarios en el perro. Aunque es una planta medicinal natural para perro, su uso debe hacerse con supervisión médica veterinaria.
Harpagófito: planta medicinal para perros
El harpagófito es una planta medicinal que destaca entre muchas por su gran variedad de principios activos, principalmente glucósidos iridoides. Es debido a esta rica variedad de componentes en esta planta medicinal que se ha convertido en una excelente opción tanto para humanos como para perros, que toleran bastante bien sus beneficios. La conjunción que existen entre flavonoides, polifenoles, procúmbido, cumaroll, harpágido y esteroides convierten al harpagófito en una herramienta natural antiinflamatoria con una buena efectividad en el tratamiento de la artrosis.
Los perros se pueden beneficiar también de sus propiedades en casos de:
- Arteriosclerosis, la artralgia y el reúma.
- Varios tipos de espasmos, incluso los musculares. El harpagófito actúa a nivel periférico y su poder relajante ayuda a combatir los dolores de esta afección.
- Dolores generalizados, ya que posee cualidades analgésicas muy bien toleradas en perros.
- En casos de gota canina (en razas dálmata y bulldog), ya que ayuda a eliminar el exceso de ácido úrico por la orina.
- Es una buena alternativa natural para mejorar el apetito.
- Problemas de cólicos en el riñón, ya que limpia el organismo del perro.
Harpagófito: ¿cómo usarla con tu perro?
La dosis de esta planta va a depender de varios factores, entre ellos el tipo de dolencia que presente la mascota. La dosis recomendada se basa, generalmente, en el peso del animal, por lo que se tiende a usar una referencia de 25 mg por cada 10 kilogramos de peso del animal. Sin embargo, lo ideal es que sea el médico veterinario de confianza quien prescriba la cantidad que se ajuste de manera más adecuada para tu mascota. Recuerda que las plantas medicinales no son inocuas. La presentación más frecuente para esta planta es en infusión, aunque podría haber otras opciones si las indica el veterinario. Aplícala con la ayuda de una jeringa por vía oral para mayor comodidad.
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