
Gato romano
Aunque también es llamado gato común europeo, el gato romano, es una raza de origen antiguo, producto del cruce entre el Gato Montés Africano y el Gato de la Jungla, según afirman algunos especialistas felinos. Ésta es una hipótesis aún no verificada. Esta raza de gatos fue difundida en Europa por los romanos de la antigüedad – de ahí su nombre – conocido en latín como Felis Catus. Hace unos treinta años fue aceptado por la Federación Internacional Felina (en 1981) como una raza formal.
Característica del gato romano
En líneas generales, el gato romano es un gato de tamaño regular, siendo un poco más grandes los machos que las hembras. Su contextura es fuerte y sólida, además de tener un cuerpo musculoso. Su rostro es redondeado. Posee un manto que lo cubre con un pelaje suave, brillante y denso. Usualmente los ejemplares tienen colores atigrados, jaspeado, unicolor (blanco, negros o tonalidades de grises), bicolor (puede ser negro con blanco, o éste último con naranja) o tricolor. Su aspecto es amigable, elegante y tierno.
Carácter del Gato Romano
Hablar sobre el gato romano es hablar de un felino con una actitud independiente. Sin embargo, hay que aclarar que esta independencia también incluye una actitud muy juguetona. Es poco sociable o tímido con extraños, y presenta un carácter muy afectuoso con su dueño y conocidos del hogar. Se destacar por ser un felino inteligente, además de tener intacto un buen instinto cazador. Se puede adaptar fácilmente a un hogar, además de ser muy limpio: esto hace que sea bastante común verlo acicalándose durante horas tranquilamente en cualquier hora del día. Generalmente es activo, sagaz y vivaz, lo cual combina fácilmente con su actitud libre. Sin dudas, es un excelente animal de compañía.
Cuidados del gato romano
El gato romano es un gato saludable. Su energía le permite tener una vida sin mayores complicaciones de salud. Además, tienen una gran fertilidad. Esto hace que si quieres controlar la población de tus mascotas, debes considerar muy seriamente la castración o esterilización.
Esta raza puede considerarse longeva: tiene un promedio de vida de 15 años, pero con los cuidados necesarios puede llegar a vivir más. El cuidado de su pelaje requiere de un buen cepillado ocasional o más regular (según su longitud). Aparte de esto, es muy importante mantener al felino en forma, por lo que deben incluirse algunos ejercicios en su rutina diaria para evitar el sobrepeso producto de una vida excesivamente sedentaria. También debes cuidar su alimentación para mantenerlo saludable y evitar el sobrepeso.
En caso de que exista alguna anomalía, debes acudir siempre con tu felino al médico veterinario. La consulta médica periódica ayudará a conocer el estado de salud del animal
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